Internet representa hoy por hoy una fuente inagotable de información, un importante puerto de intercambio donde es posible encontrar tanto datos triviales como información que pueda transformar la vida de una persona. Aún así, Internet es, al mismo tiempo una fuente inagotable de desinformación, atiborrado de burlas, ofensas y equívocos que muchos adoptan sin mayor análisis ni investigación.
Quedé sorprendido en una ocasión cómo un bulo de Internet llegó a convertirse en una absoluta verdad para un conjunto de personas. En una ponencia, una profesional aseveró con plena autoridad que la palabra alumno significa «ser sin luz», ya que «a» significa «sin» y «lumno» es «luz».
Quedé tan extrañado y luego horrorizado, ya que pronto me di cuenta que su aseveración no era más que un «hoax» que alguna vez circuló por Internet. Muy lejos de ser real, es una interpretación sin sólido fundamento donde a fuerza se ha mezclado el griego y el latín.
Nada más práctico que tomar el diccionario de la RAE y encontrar que alumno proviene del latín alumnus, este derivado de alĕre que significa «alimentar», por lo que podemos decir que alumno significa «el alimentado» o «el que se alimenta». Y por si esto no fuera suficiente, personalmente le realicé la consulta al filólogo mexicano, el Dr. Bernardo Berruecos, que me responde: «Se trata, a todas luces, de una etimología falsa o popular. El sustantivo "alumno" viene del verbo latino alere (alo-is-ere-alui-altum) que significa: "nutrir", "proteger", "cuidar", entre otras acepciones. De manera que "alumno" significa literalmente algo así como "el alimentado, o el nutrido"». Y añade: «La "a" privativa es un rasgo de la lengua griega, no la latina».
De esta manera, queda desmentida esa falsa etimología del vocablo «alumno», el cual siempre me ha encantado, precisamente por su analogía con el hambre y el alimento, propio para aquellos seres que buscan saciar su hambre de conocimiento. Después de todo, no tendría nada de malo que significara «ser sin luz», porque el ser que es humilde aún sabiendo que su luz propia, buscará a aquellos que tienen lo que él necesita para brillar aún más, o para iluminar los recovecos oscuros de su ser. Todos tenemos ignorancia, hay tantas cosas que desconocemos, pero podemos adoptar las palabras de René Descartes, «Daría todo lo que sé por la mitad de lo que desconozco».
Ahora yo asevero que, si el conocimiento es infinito, quiero ser un alumno para siempre.
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